19 febrero 2021
Autor: DAE Formación
Duración aproximada de lectura: 5 min

Las vueltas son técnicas de movilización fundamentales para la prevención de las úlceras por presión mediante cambios posturales que den seguridad y confort, tanto a la persona dependiente como al cuidador de salud.
Los cambios posturales se convierten a menudo en actividades no deseadas por confluir e interaccionar en negativo factores relacionados tanto con obstáculos objetivos (como pueden ser los niveles de dependencia de la persona dependiente unidos a su peso y volumen corporales), como subjetivos, relacionados con sentimientos de pudor, higiene, rutina, formalismos y/o presión asistencial. Por estos motivos, entre otros, muchas veces los cuidados de salud no son lo cuidadosos que debieran, realizando entonces cambios de posición en la estática del cuerpo de la persona dependiente, pero nunca cambios posturales.
La prevención de las úlceras por presión es uno de los objetivos más importantes a considerar en todo plan de cuidados de enfermería. En dicho objetivo está implicado todo el equipo de salud, ya que las movilizaciones de personas dependientes para el mantenimiento de los mejores niveles de autonomía personal forman parte esencial de los programas de salud de la comunidad.
 Cambios Posturales
Estos objetivos pueden lograrse con la adopción de unos buenos protocolos en lo que respecta a los cambios posturales. Para ello se debe tener en cuenta no solo la posición en la que se desea colocar a la persona dependiente, sino también que esta posición pueda mantenerse en el tiempo sin riesgo de obstrucción de la vía respiratoria, de caída o pérdida de la posición de decúbito lateral de seguridad. Los objetivos básicos de los cambios posturales son:

  • Cambiar de posición al paciente para activarlo.
  • Prevenir las úlceras por presión.

En la prevención de la aparición de úlceras por presión se debe actuar sobre todos los factores que intervienen en su aparición. Los más importantes son:

  • Factores físicos:
    • Causas relacionadas con la mecánica corporal.
    • Causas relacionadas con posiciones incorrectas.
    • Causas relacionadas con efectos abrasivos por fricciones o arrugas.
    • Causas relacionadas con la higiene, el calor y la humedad.
  • Factores relacionados con la alimentación:
    • Causas relacionadas con estados de desnutrición.
    • Causas relacionadas con estados de deshidratación.
    • Causas relacionadas con estados de hipotermia.
    • Causas relacionadas con estados de anemia.
  • Factores relacionados con la tensión emocional:
    • Causas relacionadas con movilizaciones incorrectas.
    • Causas relacionadas con sentimientos de soledad y abandono.
    • Causas relacionadas con falta de interés por la vida.

Los factores físicos se derivan, por un lado, de la propia posición de lateralización del cuerpo de la persona dependiente y de su nivel de verticalización y, por otro, de la acción abrasiva que tiene la lencería de la cama cuando se pone en contacto con la piel de la persona dependiente. En el primer caso, se debe evitar cuidadosamente que el peso del cuerpo actúe sobre las llamadas partes acras del mismo.
El mecanismo de lesión se desencadena por la presión excesiva que, debido a la posición de decúbito lateral, ejerce el sistema óseo sobre el tejido epitelial, potenciándose la propia acción mecánica de este sistema sobre la piel, aumentando así la isquemia y la consiguiente necrosis epitelial por presión interna.
Las partes acras son aquellas zonas del cuerpo humano en las que, por las especiales características del tejido epitelial y sus relaciones mecánicas con el sistema musculoesquelético, la integridad de la piel está más comprometida. Las principales ubicaciones son:

  • Región sacra.
  • Omóplatos.
  • Orejas y mejillas.
  • Rodillas.
  • Acromion.
  • Pliegues de las mamas.
  • Talones.
  • Codos.
  • Pliegues de las nalgas.
  • Trocánteres.
  • Dedos.
  • Pliegues del abdomen.
  • Maléolos.
  • Región occipital.
  • Pliegue inguinal y genitales externos en el varón.

Para ser capaces de generar una buena política de prevención de las úlceras por presión, en lo que se refiere a los aspectos físicos y de mecánica corporal, es muy útil recordar la ley física que rige las proyecciones de un punto ubicado en diferentes planos inclinados. De acuerdo a esta ley, los puntos contenidos en un plano inclinado con respecto a otro se proyectan en la vertical sobre el plano horizontal que le corresponde.
Siguiendo este principio para lograr que el peso de la persona dependiente se proyecte verticalmente sobre la cama sin que su propio peso actúe sobre la zona de presión correspondiente, es necesario colocar su cuerpo en una posición con más de veinte grados de inclinación. Para potenciar y mantener esta posición es conveniente ofrecer a la persona dependiente una almohada que pueda abrazar, de forma que su vía respiratoria quede libre y pueda mantener la alineación anatómica de la columna cervical, a la vez que se estimulan sus reflejos de seguridad y confort al abrazar la almohada.
La acción abrasiva que tiene la lencería hospitalaria para el cuerpo del paciente viene aumentada por el uso sistemático de detergentes de última generación y el lavado y secado a altas temperaturas, que propicie que se produzca una pérdida de más del 80% de la fibra natural en un muy corto número de lavados. Para minimizar esta acción es importante que, durante las técnicas de movilización, el cuidador de salud interponga sus manos entre la lencería de la cama y el cuerpo de la persona dependiente.
La actuación del cuidador para prevenir los factores relacionados con la higiene, el calor y la humedad durante los cambios posturales también es importante, ya que deben evitarse la utilización de mantas y almohadas, colocadas en la espalda del paciente, con el objeto de mantener la posición de lateralización a noventa grados.
La realización de técnicas no ponderales de ejecución sencilla, y la estimulación de los reflejos de seguridad y confort van a facilitar la adopción y mantenimiento de la posición de decúbito lateral en un plano inclinado de más de veinte grados, que permita una higiene corporal fácil de realizar sin tener que soportar el peso y las tracciones bruscas derivados de la situación de equilibrio inestable que esta posición conlleva, así como la precipitación a la que obliga esta presión para el cuidador:

  • El gesto para lograr la posición de decúbito lateral de seguridad, para la prevención de las úlceras por presión, se inicia con una traslación horizontal hacia el borde de la cama deseado para que la vuelta permita centrar el cuerpo de la persona dependiente en la cama. Una vez colocado en la citada posición de decúbito lateral de seguridad se controla la permeabilidad de la vía respiratoria colocando la almohada en una posición que permita a la persona dependiente abrazarla sin presionar excesivamente sobre los senos en el caso de mujeres.
  • Se inclina el cuerpo de la persona dependiente unos veinte grados sobre la vertical, con un gesto de “envolver y arrastre”, interponiendo el cuidador de salud sus manos entre la ropa de la cama y el cuerpo de la persona dependiente (por debajo de su cuerpo) para evitar efectos abrasivos por roces con la ropa de cama.
  • La otra mano ejecuta este gesto desde un apoyo en la zona anatómica situada un poco por debajo del pliegue mamario. La técnica continúa con la inclinación de las caderas de la persona dependiente hacia el plano inclinado. Se realiza con un gesto similar al anterior pero utilizando en este caso como punto de contacto y arrastre la cadera apoyada en la cama. Las manos del cuidador hacen la prevención de las úlceras por presión interponiéndose entre el cuerpo de la persona dependiente y la ropa de la cama, mediante una posición de una mano encima de la otra para acompañar dicho arrastre de la cadera en su movimiento hacia la posición deseada.
  • La posición lateral de seguridad para la prevención de úlceras por presión se completa con la semiflexión de la pierna que está en contacto con la cama y la flexión de la otra. La alineación recta de la extremidad inferior con la espalda puede lograrse apoyando esta pierna en una almohada o cojín, de forma que coincidan en altura la posición de la rodilla y de la cadera correspondiente.

En DAE formación disponemos de una amplia gama de oferta formativa, concretamente en cursos para enfermería CFC. Entre ellos el curso de cuidados de úlceras y heridas crónicas que cuenta con acreditación CFC válida a nivel nacional.

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