18 mayo 2021
Autor: DAE Formación
Duración aproximada de lectura: 5 min

Es un catéter subcutáneo de larga duración que consiste en un tubo largo flexible de silicona radiopaca cuyo extremo se aloja en una vena gruesa del tórax o abdomen (yugular, subclavia, axilar, situándose su extremo distal en cava superior o cava inferior dependiendo de si la implantación es torácica, abdominal o inguinal). Una parte se sitúa subcutáneamente entre la vena canalizada y la salida a la piel. Consta de:

  • Catéter propiamente dicho (Imagen 1).

Catéter HickmanImagen 1. Catéter Hickman

  • Manguito de dacron. Clave para la sujeción del catéter, debe situarse a 1 cm de la salida.
  • Manguito antimicrobiano (opcional).
  • Clamp y vaina de protección.
  • Conexiones luer (hembra) de distintos colores para identificar cada lumen: blanco, azul y rojo.

Habitualmente se utilizan los catéteres de uno o dos lúmenes. La conexión de color rojo suele ser la de mayor calibre; se usa para la extracción de sangre y para infusión de hemoderivados. Las conexiones de color blanco y azul son de menor calibre. El calibre de los catéteres oscila entre el 3 Fr y el 14 Fr.

Objetivo

Cubrir las necesidades presentes y futuras de perfusión-extracción con los menores riesgos, procurando mantener el grado de bienestar y confort del paciente.

Criterios de utilidad e indicaciones de uso

El catéter de larga duración está recomendado para tratamientos intensivos con varias medicaciones al tiempo, como por ejemplo tratamientos intensivos de quimioterapia, y/o necesidad de nutrición parenteral total (NPT) por largo tiempo.
El diagnóstico enfermero será imprescindible, ya que es necesario valorar al paciente en cuanto a los patrones de seguridad, actividad, estado emocional, necesidad de hidratación-alimentación, así como el tratamiento previsto y el pronóstico de la enfermedad.
El catéter Hickamn está especialmente indicado para el uso en los siguientes pacientes:

Paciente hematológico

Es el catéter idóneo y, por tanto, el más utilizado en pacientes oncohematológicos debido a la cantidad de perfusiones y de extracciones venosas que precisan los tratamientos de estos pacientes, del largo proceso del tratamiento y del fácil manejo por parte del paciente o familiar para su cuidado. Normalmente se utilizan los catéteres del 9 Fr con dos lúmenes en pacientes adultos.
En pacientes con leucosis agudas y linfomas es aconsejable implantarlos al diagnosticar la enfermedad, cuando las cifras de plaquetas y neutrófilos son aceptables, ya que de esta manera se minimiza el riesgo de las complicaciones debidas a la implantación y se preserva el estado de las vías venosas del paciente. En el caso de pacientes con leucocitosis muy elevadas (por encima de 100.000 l/mm3) no es aconsejable su implantación hasta que la cifra de leucocitos disminuya, para reducir el riesgo de trombosis.
En estos pacientes se puede recurrir a las vías periféricas o en su defecto a la implantación de un catéter de dos vías tipo subclavia, yugular o PICC y posponer la implantación del Hickman para después de la recuperación del primer ciclo de quimioterapia. Se tendrá en cuenta a los pacientes que puedan ser receptores de un trasplante antólogo de precursores hematopoyéticos, ya que para su extracción se precisa de un catéter con calibre más grueso. Actualmente, con las nuevas máquinas de aféresis, pueden extraerse óptimamente en pacientes adultos con el Hickman del 12 Fr, sin tener que recurrir a catéteres más gruesos y rígidos.
Asimismo, se debe tener en cuenta que a mayor grosor del catéter, mayor riesgo de trombosis por ocupación mayor de los grandes vasos; si la necesidad no es la de aféresis, los pacientes pueden ser tratados con grosores más vasocompatibles. Poder contar con sistemas de administración de sangre con bomba supone un gran avance en cuanto al cuidado de la anatomía vascular del paciente. Existen unidades de hematología que están haciendo todo el tratamiento hematológico a través de PICC.
Se trata de reducir, en la medida de lo posible, el grosor del catéter cuando no sea necesario realizar la extracción de células a través del mismo, recordando que cuanto menor sea la ocupación de la vena, menor será el riesgo de trombosis.

Pacientes dependientes de Nutrición Parenteral Domiciliaria (NPD)

El Hickman es uno de los catéteres de elección, junto con el catéter PICC, para la NPD.
El paciente será valorado, dependiendo del tiempo de necesidad de NPD y de su anatomía vascular. Si el paciente solo precisa NPD se le implantará un Hickman de una sola luz.

Pacientes crónicos dependientes de antibioterapia o medicaciones antirreumáticas

Si el paciente solo precisa estas medicaciones, se le implantará un Hickman de una sola luz. Si su anatomía vascular periférica lo permite, se utilizará preferiblemente el PICC. Si los tejidos de la piel lo permiten, se podrían utilizar los reservorios.

Protocolo de preimplantación

La preparación del paciente requiere la realización de las siguientes actividades:

  • Contar con el personal necesario: enfermera y auxiliar de enfermería.
  • Información al paciente, explicándole en qué consiste la técnica, las ventajas e inconvenientes. Comunicación positiva.
  • Obtención del consentimiento informado, firmado por el paciente o familiares.
  • Preparación de la zona con ducha previa y rasurado de la zona si precisa.
  • Revisión de la analítica: hemograma, hemostasia. En caso de precisar anestesia general se seguirá el procedimiento habitual de cada hospital.
  • Administrar la premedicación, si precisa. Es conveniente que el paciente esté con ingesta de solo líquidos 3 o 4 h antes de la implantación, si no es necesaria la anestesia general.

En niños se les dejará en ayunas desde las 24 h del día anterior, pues la implantación en este caso se realiza con anestesia general.

  • Selección del calibre del catéter: los calibres oscilan entre el 3 Fr y el 12,5 Fr. El Fr o grosor dependerá del uso que se va a dar, tendiéndose a utilizar lúmenes menores, ya que a mayor grosor más posibilidades de tener complicaciones, tanto infecciosas como trombóticas por daño de la íntima.

Estas implantaciones se realizan en las Unidades de Radiología Intervencionista (si el paciente es adulto) y en quirófano con anestesia general (si el paciente es un niño).

Zonas de implantación

Son las siguientes:

  • Preferente, implantación torácica. Vena cava superior, yugular interna y externa, subclavia o axilar (Imagen 2).

Vista de una zona de implantación de un catéter HickmanImagen 2. Vista de una zona de implantación de un catéter Hickman

  • Abdominal y femoral, cuando existe agotamiento vascular, vena cava inferior. Requiere técnica quirúrgica que se realiza habitualmente con radiología intervencionista y en quirófano, sobre todo en el caso de precisar anestesia general.

Protocolo de postimplantación

Una vez implantado el catéter es necesario llevar a cabo las siguientes actuaciones:

  • Medir la tensión arterial.
  • Control de la zona de inserción, así como de la tunelización, por si hay sangrados y/o hematomas o cualquier otro síntoma propio de complicaciones relacionadas con las técnicas habituales de la implantación de catéteres. Si sucede, poner apósito compresivo y frío local o avisar al médico.
  • Poner analgesia, si precisa el paciente.
  • Realizar cura estéril a las 24 h. Movilización de las luces del catéter y heparinización. Cada luz se debe heparinizar con una jeringa distinta.
  • Se aconseja la ducha después de 48/72 h, si la inserción lo permite.
  • Abrir hoja de control y seguimiento.
  • Entregar manual de cuidados al paciente. Leerlo, si es posible, junto con él para comenzar a educarlo en el manejo del mismo.

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